“Quítatelo”
No era una petición. Fue una orden. Su seductora le había deseado toda la tarde y cuando fue capaz de arrebatar a James de la fiesta, rápidamente lo arrastró a su oficina privada. Afuera, la música a todo volumen ahogaba la charla de los invitados y las risas. Nadie los echaría de menos allí...
No era una petición. Fue una orden. Su seductora le había deseado toda la tarde y cuando fue capaz de arrebatar a James de la fiesta, rápidamente lo arrastró a su oficina privada. Afuera, la música a todo volumen ahogaba la charla de los invitados y las risas. Nadie los echaría de menos allí...
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