Cuando era niño, el Príncipe Bren de Xicanth vio la devastación ocasionada cuando un dragón era rechazado por su compañera y prometió que nunca desataría ese tipo de horror y sufrimiento sobre una mujer. La promesa fue fácil de mantener, hasta que Tynan, el dragón que comparte su existencia, elige una compañera y exige reclamarla como sólo un dragón puede hacerlo. Las propias necesidades de Bren le hacen casi imposible negar a su dragón el sabor de la carne que la bestia tanto desea. Pero aunque de mala gana Bren sucumbe a la tentación de una compañera del dragón, se da cuenta de que algo no está bien. Un dragón puede tener sólo una compañera. Sin embargo, Tynan ha reclamado a dos. No, a tres mujeres diferentes.
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